El multifacético Dr. Rojas

Miguel Abraham Rojas Mesía (1862 – 1949). Foto de la colección de su sobrina nieta, Tula León Pizarro.

Don Miguel Abraham Rojas Mesía – médico, filósofo, político y poeta – nació en Chachapoyas, Amazonas, el 18 de febrero de 1862, siendo el séptimo y último hijo del matrimonio conformado por don Tomás Rojas y doña María del Carmen Mesía Arévalo. Fue bautizado el mismo día en el Sagrario de la catedral de la ciudad, y su padrino fue su abuelo materno, el coronel Miguel Mesía y Guzmán Portocarrero.

Miguel pasó su infancia junto con su familia en Chachapoyas, pasando a Lima a los 11 años para estudiar la secundaría en una escuela privada, seguir su vocación y realizar sus estudios universitarios en la facultad de medicina de San Fernando – a pesar del deseo de sus padres de que se dedicase al sacerdocio. Durante sus estudios en la capital, se enroló en el servicio militar para defender al país en contra de la invasión chilena, y se desempeñó en el Hospital de San Bartolomé, atendiendo y curando a los heridos en las batallas de Chorrillos, San Juan y Miraflores. En 1886 se graduó como médico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para luego pasar a ejercer en diversas ciudades a lo largo de su vida, siendo la primera Chicama, en la costa norte del país (en un campo de chinos culíes). A mediados de 1890 – estando de vuelta en su tierra natal – se casó con su prima hermana, doña María Luisa Mesía Niño, hija del medio hermano de su madre, don Toribio Mesía Álvarez. Ellos tendrían 4 hijos: María Luisa, María Ángela, Elena y Miguel. En agosto de ese mismo año, escribiría un soneto, “A el Marañón”, dedicado al trágicamente fallecido poeta chachapoyano Fabriciano Hernández, una de sus obras más recordadas.

Miguel también desarrolló un fuerte interés por la política, comenzando como diputado suplente (no llegó a ejercer) por la provincia de Bongará en 1891, apenas a los 29 años de edad. Fue en ese mismo año que se mudó a Cajamarca, en donde radicó un buen tiempo, ejerciendo su profesión médica. Cuatro años después, se convertiría en diputado titular por la misma provincia amazonense, durante el segundo gobierno de Nicolás de Piérola. Luego tuvo un paso breve por Moyobamba, Tarapoto y Yurimaguas, para establecerse hacia fines de siglo en Iquitos. Hacia 1900 llegó a ocupar la alcaldía de esta ciudad, fue brevemente ministro de Fomento y Obras Públicas del presidente Eduardo López de Romaña, y en 1907 fue elegido como senador por el departamento de Loreto, ejerciendo el cargo hasta 1912. Durante su gestión, se concretaron importantes obras para la capital loretana, como la instalación del servicio telegráfico, el establecimiento de una escuela industrial y una estación agrícola experimental, la construcción del hospital Santa Rosa y la iglesia matriz, y el pavimentado de algunas calles de la ciudad con piedra importada. Fue durante este periodo en donde además fue nombrado como ministro de Gobierno y Policía por el entonces presidente – y amigo suyo – Augusto B. Leguía, cargo que desempeñó entre septiembre de 1908 y junio de 1909. Cuenta la leyenda que – además de la compañía del ministro de Justicia de entonces, Manuel Villarán – él mismo estuvo cerca a Leguía en los momentos en que quiso ser derrocado por una intentona golpista pierolista ocurrida el 29 de mayo de 1909, la cual fue aplastada por la policía a su cargo, dejando como saldo aproximadamente un centenar de muertos.

Familia Rojas Mesía . Parados: Miguel Abraham Rojas Mesía, María Ángela Rojas Mesía, Miguel A. Rojas Mesía. Sentadas: María Luisa Rojas Mesía, María Luisa Mesía Niño de Rojas y Elena Rojas Mesía [de Massey]. Foto proporcionada por Luis Enrique Colmenares Perales.

Luego de su extenso paso por la política nacional, nuestro personaje se mudó al sur del país, residiendo y ejerciendo la medicina en el departamento de Arequipa. Fue aquí en donde tuvo la oportunidad de conocer y departir con notables intelectuales como los escritores Jorge Polar y Juan José Reinoso, y desarrollar su pasión por la poesía, de la cual existe un interesante compendio realizado en 1974 por su sobrino nieto Gustavo Collantes Pizarro.

En el año 1924 decide mudarse a Lima, en donde se quedaría a radicar los últimos 25 años de su prolífica vida. El 6 de junio de 1934 se convierte en miembro de la Academia Nacional de Medicina, con el ensayo “Reflexiones sobre el Médico Ideal”, que una década después evolucionaría en su obra magna, “El Ideal Médico y el Médico Ideal”, una serie de ensayos en donde vuelca su aprendizaje, experiencia ,meditaciones y opiniones sobre la medicina y su ejercicio. En 1946, al cumplir los 60 años ejerciendo la profesión, recibió un homenaje de parte de la Sociedad Peruana de Historia de la Medicina y la Academia Nacional del mismo ramo, dando el discurso de honor su colega, el Dr. Carlos Enrique Paz-Soldán, que enalteció con sus palabras a nuestro personaje.

El Dr. Rojas falleció tres años después, a los 87 años de edad, el 6 de diciembre de 1949. Sus restos se encuentran sepultados en el Cementerio Presbítero Maestro, en la ciudad de Lima.

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