El chachapoyano de los mares: Tomás Pizarro Rojas

El Contralmirante (r) Tomás Pizarro Rojas, leyendo su discurso por el aniversario de la batalla de 2 de mayo en la plaza José Gálvez, durante su mandato como alcalde del Callao. Foto proporcionada por su nieto, el Vicealmirante (r) Reynaldo Pizarro Antram.

Uno de los más notables chachapoyanos del S.XX, don Tomás Pizarro Rojas llegó al mundo el 30 de diciembre de 1884, siendo el cuarto hijo (segundo varón) de don Juan M. Pizarro Farje y doña María Dolores Rojas Mesía. Su infancia discurrió entre la casona citadina de dos patios y la hacienda familiar – llamada Panlaya – cruzando el río Utcubamba. En 1899 viaja a Lima con su padre, con el fin de enrolarse en la Escuela Militar Preparatoria y Naval a fines de ese año. Es ahí que su tío abuelo materno, el Ing. Hilario Farje Sánchez-Pareja – quién se había quedado como apoderado del muchacho durante su estancia en Lima – lo impulsa a seguir la carrera naval, la cual inicia a bordo del pontón “Perú”.

En 1903 – con apenas 19 años – se gradúa, y pocos meses después recibe el título de guardiamarina. Es enviado a perfeccionar sus conocimientos en los buques de la Real Marina Española, y es a fines de este periodo en donde participa como Guardia de Honor en el matrimonio del rey Alfonso XIII y la princesa Victoria Eugenia de Battenberg, siendo testigo de primera mano del fallido atentado perpetrado contra estos aquel 31 de mayo de 1906. En 1907, retorna al Perú y dos años después es destacado a Loreto para comandar la lancha “Iquitos” y participar en el conflicto con Colombia de 1911. Luego, es asignado al BAP Aguirre que se encontraba estacionado en Francia, en donde permanece hasta 1915.

En octubre de 1916 se casa con doña Sara Clotilde Dávila Mesía – su prima segunda y a quien conocía desde su niñez – en Hendaye, Francia, un balneario fronterizo con España relativamente cercano a Bordeaux, ciudad en la cual la familia de ésta radicaba desde hacía ya unos años. Retornan a Lima y se establecen en La Punta, en donde en 1918 nace su primer hijo, Edmundo. Al poco tiempo llegaría el segundo, Claudio. En los años siguientes, llegaría a comandar los dos principales buques de la escuadra, el BAP “Coronel Bolognesi” y el BAP “Almirante Grau”. Es entonces nombrado subdirector de la Escuela Naval, tiempo en el cual llegan su tercer hijo, Tomás; y la menor de la familia, Pilar.

A inicios de 1928 es nombrado comandante de la División de Submarinos, siendo una de sus principales tareas el supervisar la construcción y recepción de los submarinos R3 y R4, en Estados Unidos. En 1933 es nombrado comandante de la División de Destructores, en donde se le encarga llevar a las tripulaciones del “Almirante Guise” y el “Almirante Villar” hasta Estonia con el fin de traerlos al Callao. Durante su regreso le asignan una nueva tarea: Dar apoyo naval en el conflicto de Leticia con Colombia, quedando como comandante general de las fuerzas del Amazonas por un breve periodo. Después de tan ajetreados años, en 1934 pasa al Estado Mayor de la Marina, y con ello a una vida un poco más sosegada y familiar. Como conclusión a esta extensa carrera naval, en 1941 es ascendido al grado de Contraalmirante, para pasar a retiro en 1948 por límite de edad. Durante este periodo ya residiendo en La Punta, su casa se convirtió en punto de encuentro para toda su familia extendida (tíos, primos, hermanos, sobrinos, etc.), celebrándose carnavales, matrimonios y fiestas diversas en ella.

Pero la fructífera vida de nuestro personaje no pararía ahí; ya con todos sus hijos casados – e incluso la llegada de una gran cantidad de nietos – se va de viaje en auto por el norte del país en 1954, y por los países australes de Sudamérica al año siguiente, en barco; es invitado a tomar la alcaldía y la Junta de Obras Públicas del puerto del Callao, cargo que ejerce entre 1959 y 1962; en 1960 – invitado por el presidente Manuel Prado – y luego en 1963, retorna a su tierra natal, la cual no veía hacía 6 décadas; y en 1964, se va de viaje por el sur del país al lado de su esposa.

Tomás Pizarro Dávila (1924 – 2017), Claudio Pizarro Dávila (1919 – 2004), Sara Clotilde Dávila Mesía de Pizarro (1892 – 1967), Tomás M. Pizarro Rojas (1884 – 1971), Edmundo Gerado Pizarro Dávila (1918 – 2002) y Sara María del Pilar Pizarro Dávila de Marimón (1927 – 2014).

A inicios de 1967, y después de algunos años de penosa enfermedad y más de medio siglo de matrimonio, su amada “Torrita” fallece. Pocos meses después, y para levantar el espíritu, se embarca en un viaje de más de 4 meses alrededor del mundo con su hermano Luis Felipe, que los llevaría a Norteamérica, Asia, África y Europa, una aventura llena de anécdotas para el par. A los pocos días de su retorno hace un último viaje a Chachapoyas, en donde efectúa una donación para la construcción de la capilla del cementerio. Finalmente, en 1968, hace un nuevo recorrido por varios países de Sudamérica, estableciéndose de vuelta en la capital a mediados de aquel año para terminar de trabajar en sus memorias.

Uno de los más fervientes impulsores y fundador del Club Departamental Amazonas en Lima, responsable además de las gestiones para dotar de alumbrado público la plaza de armas de su natal Chachapoyas, don Tomás Pizarro Rojas partió el 23 de Enero de 1971 a la edad de 86 años, dejando 4 hijos, 23 nietos y 5 bisnietos al momento de su partida.

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